jueves, 22 de mayo de 2014

Anfitriones: llevar a cabo una comida de trabajo

Sea por reunión de negocios, eventos festivos, ocasiones especiales o cualquier otra razón, la posibilidad de asistir a una comida empresarial o con compañeros de trabajo es frecuente. Dejamos una serie de pasos a seguir por los anfitriones para lograr un momento perfecto.
Por lo general, el delegado de la planificación y distribución de las invitaciones es la
secretaria, quién se encargará de ubicar un local adecuado, concertar las invitaciones vía telefónica y prever un medio de transporte alternativo en caso de que los invitados no puedan llegar al sitio por sus propios medios.

Elección del lugar

Para estas ocasiones, es importante elegir un restaurante de prestigio con alta calidad de servicio. Lo ideal es que el anfitrión conozca el sitio a cabalidad, aunque estos almuerzos suelen organizarse con antelación, la idea de tener que planificarlos sobre la marcha no se debe descartar. Muchos empresarios acostumbran a acudir a un mismo lugar para éste tipo de reuniones, ya que el maître conoce sus gustos y necesidades, contribuyendo al logro en el éxito de las mismas.
Recibir a los invitados
Es fundamental que el anfitrión llegue al restaurante con una estimada antelación, para así asegurarse de que todo esté como se desea. El mismo debe esperar a los invitados en la mesa, indicándole al maître que los dirija hacia él a medida de que vayan llegando. Los aperitivos son ineludibles, y deben tomarse en la mesa, ya que hay que evitar que los invitados se confundan con otros clientes del restaurante. En el caso de tener extranjeros en la lista de invitados, una buena idea es ofrecer aperitivos tradicionales del país.

El protocolo

En una comida de trabajo, no existe un protocolo establecido, bastará con que el anfitrión presida junto al invitado principal y coloque a su derecha dos miembros del grupo visitante; igualmente lo hará el invitado principal con dos miembros de la misión anfitriona. En el caso de asistir mujeres en la reunión, deben ser tratadas como profesionales, por lo tanto, deben recibir las mismas consideraciones que los invitados de sexo masculino.

Menú y vino 

El anfitrión deberá elegir previamente el menú dependiendo del número de invitados, para así evitar que la reunión sea compleja y se extienda un poco más de lo debido; si el número de invitados no pasa de 6, entonces se puede considerar la opción de hacer pedidos individuales. En la mayoría de los casos, estas reuniones son planificadas para tratar temas de negocios, importantes en la agenda empresarial, por lo tanto, un menú ligero debe ser el recomendado, ya que posterior a la cita, se debe seguir en la jornada laboral.
Los vinos deben ser de calidad, escogiendo entre blanco o tinto, sin excederse en la ingesta de la cantidad recomendada.

Brindis y discursos

En caso de que la comida haya sido convocada para celebrar un logro, como por ejemplo, la firma de un contrato importante, por lo general cerrará con un brindis y un discurso, el protocolo indica que deben ser dos, ya que es una cortesía que el discurso del anfitrión sea contestado por el invitado principal.
No hay fórmulas estrictas para el brindis, pues su contenido girará en torno al acontecimiento celebrado; pero por otra parte, hay algunas normas que muy bien pueden cumplirse. En la dedicatoria previa, mencionar a todos los asistentes puede ser un arma de doble filo, pues, la posibilidad que se olvide de alguno estará siempre presente. Lo correcto es dirigir el discurso al invitado principal, seguido de un “señoras y señores” general, sólo será mencionado un nombre en caso de que asista una personalidad de relevancia y protagonismo en el tratado, de resto, no es lo adecuado.
Todo buen discurso debe ser breve, por muy bueno que sea, una alocución extensa logrará aburrir a los invitados; también se debe cuidar las improvisaciones, es cierto que los mejores discursos son los improvisados, pero también es cierto que estos son los más difíciles de controlar.


Pagar la factura

Cuando un empresario asiste con regularidad a un mismo restaurante, lo ideal es quela factura sea remitida a la empresa con posterioridad, pues, no es bien visto que se pague la cuenta frente a los invitados. En caso de que esta acción no pueda llevarse a cabo, hay otras maneras de hacerlo: levantándose discretamente de la mesa y pagando en caja, o, por si las circunstancias no permiten esta medida y se deba cancelar frente al grupo presente, lo más discreto será pagar con tarjeta de crédito.
Para la propina, lo mejor será añadir el monto al total de la factura; en caso de ser en efectivo, se deben colocar dentro de la factura doblada.


Fuente: Cocina y Vino


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