Sea
por reunión
de negocios,
eventos festivos, ocasiones especiales o cualquier otra razón, la
posibilidad de asistir a una comida empresarial o
con compañeros de trabajo es frecuente. Dejamos una serie de pasos a
seguir por los anfitriones para lograr un momento perfecto.
Por
lo general, el delegado de la planificación y distribución de las
invitaciones es la
secretaria, quién se encargará de ubicar un local adecuado, concertar las invitaciones vía telefónica y prever un medio de transporte alternativo en caso de que los invitados no puedan llegar al sitio por sus propios medios.
secretaria, quién se encargará de ubicar un local adecuado, concertar las invitaciones vía telefónica y prever un medio de transporte alternativo en caso de que los invitados no puedan llegar al sitio por sus propios medios.
Elección
del lugar
Para
estas ocasiones, es importante elegir un restaurante de prestigio con
alta
calidad de servicio.
Lo ideal es que el anfitrión conozca el sitio a cabalidad, aunque
estos almuerzos suelen organizarse con antelación, la idea de tener
que planificarlos sobre la marcha no se debe descartar. Muchos
empresarios acostumbran a acudir a un mismo lugar para éste tipo de
reuniones, ya que el maître conoce sus gustos y necesidades,
contribuyendo al logro en el éxito de las mismas.
Recibir
a los invitados
Es
fundamental que el
anfitrión llegue
al restaurante con una estimada antelación, para así asegurarse de
que todo esté como se desea. El mismo debe esperar a los invitados
en la mesa, indicándole al maître que los dirija hacia él a medida
de que vayan llegando. Los
aperitivos son
ineludibles, y deben tomarse en la mesa, ya que hay que evitar que
los invitados se confundan con otros clientes del restaurante. En el
caso de tener extranjeros en la lista
de invitados,
una buena idea es ofrecer aperitivos tradicionales del país.
El
protocolo
En
una comida de trabajo, no existe un protocolo establecido, bastará
con que el anfitrión presida junto al invitado principal y coloque a
su derecha dos miembros del grupo visitante; igualmente lo hará el
invitado principal con dos miembros de la misión anfitriona. En el
caso de asistir mujeres en la reunión, deben ser tratadas como
profesionales, por lo tanto, deben recibir las mismas consideraciones
que los invitados de sexo
masculino.
Menú
y vino
El
anfitrión deberá elegir previamente el menú dependiendo del número
de invitados, para así evitar que la reunión sea compleja y se
extienda un poco más de lo debido; si el número de invitados no
pasa de 6, entonces se puede considerar la opción de hacer pedidos
individuales. En la mayoría de los casos, estas reuniones son
planificadas para tratar temas de negocios, importantes en la agenda
empresarial, por lo tanto, un menú ligero debe ser el recomendado,
ya que posterior a la cita, se debe seguir en la jornada laboral.
Los
vinos deben ser de calidad, escogiendo entre blanco o tinto, sin
excederse en la ingesta de la cantidad recomendada.
Brindis
y discursos
En
caso de que la comida haya sido convocada para celebrar un logro,
como por ejemplo, la firma de un contrato importante, por lo general
cerrará con un brindis y un discurso, el protocolo indica que deben
ser dos, ya que es una cortesía que el discurso del anfitrión sea
contestado por el invitado principal.
No
hay fórmulas estrictas para el brindis, pues su contenido girará en
torno al acontecimiento celebrado; pero por otra parte, hay algunas
normas que muy bien pueden cumplirse. En la dedicatoria previa,
mencionar a todos los asistentes puede ser un arma de doble filo,
pues, la posibilidad que se olvide de alguno estará siempre
presente. Lo correcto es dirigir el discurso al invitado principal,
seguido de un “señoras y señores” general, sólo será
mencionado un nombre en caso de que asista una personalidad de
relevancia y protagonismo en el tratado, de resto, no es lo adecuado.
Todo
buen discurso debe ser breve, por muy bueno que sea, una alocución
extensa logrará aburrir a los invitados; también se debe cuidar las
improvisaciones, es cierto que los mejores discursos son los
improvisados, pero también es cierto que estos son los más
difíciles de controlar.
Pagar la factura
Cuando
un empresario asiste con regularidad a un mismo restaurante, lo ideal
es quela
factura sea
remitida a la empresa con posterioridad, pues, no es bien visto que
se pague la cuenta frente a los invitados. En caso de que esta acción
no pueda llevarse a cabo, hay otras maneras de hacerlo: levantándose
discretamente de la mesa y pagando en caja, o, por si las
circunstancias no permiten esta medida y se deba cancelar frente al
grupo presente, lo más discreto será pagar con tarjeta de crédito.
Para
la propina, lo mejor será añadir el monto al total de la factura;
en caso de ser en efectivo, se deben colocar dentro de la factura
doblada.
Fuente: Cocina y Vino
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